Nuestros análisis e innovaciones
El confort estival se está convirtiendo en un requisito clave en los proyectos de construcción. Sin embargo, muy pocos proyectos consiguen diseñarlo desde el principio, simularlo sólidamente y demostrarlo in situ. A menudo hay un desfase entre lo que se anuncia y lo que realmente ocurre. En Arkoris, hemos elaborado una respuesta integrada, aprovechando la experiencia de Arkemep (ingeniería térmica, ETS), Arkenor (gestión medioambiental) e IRICE (certificación). El objetivo es claro: pasar de las promesas a las pruebas, y garantizar que el confort estival forme parte de un enfoque basado en el rendimiento.
Establecer el reto: confort en verano y rendimiento en uso
El confort en verano no es un efecto colateral de la etiqueta, ni una variable de ajuste. Es un requisito técnico por derecho propio, lo que significa considerar :
- la inercia térmica real de los edificios
- la dinámica de la protección solar
- sistemas de ventilación (natural, nocturna, mecánica)
- comportamiento de uso
- el contexto microclimático del lugar
Con demasiada frecuencia, el tema no surge hasta la fase de ejecución. Eso es demasiado tarde. Tenemos que integrar este requisito desde las primeras fases de diseño.
Combinación de ingeniería, gestión de proyectos y certificación
Con Arkemep, incorporamos simulaciones térmicas dinámicas (STD) desde la fase de diseño, centrándonos en los periodos críticos (olas de calor, largas secuencias de tiempo muy caluroso). Estas simulaciones permiten identificar los puntos débiles y orientar en consecuencia las decisiones de diseño.
Con Arkenor, proporcionamos un marco para anticipar el uso real como parte de la misión de asistencia medioambiental. El confort estival se aborda en relación con las necesidades de los futuros usuarios: horarios de ocupación, ritmos de vida, estrategia de ventilación, expectativas en materia de regulación.
Con IRICE, documentamos y certificamos el rendimiento esperado sobre la base de indicadores tangibles: grados-hora de incomodidad, tasa de aparición de superaciones, tiempo de sobrecalentamiento. La certificación no se basa en etiquetas genéricas, sino en pruebas contextualizadas, vinculadas a la realidad del proyecto.
Ejemplos de aplicación
En varios proyectos en zonas urbanas densas, la aplicación coordinada de estos tres enfoques ha permitido :
- una reducción medida de +3 a +5°C en los periodos de olas de calor en comparación con los valores de referencia reglamentarios
- eliminar el uso de aire acondicionado activo en los edificios terciarios
- documentación completa en el pliego de condiciones, integrada en las cláusulas de ejecución
Estos resultados no son intencionados: se derivan de datos simulados, cruzados con limitaciones de uso reales.
Certificar menos, certificar lo justo
El confort estival no puede reducirse a una línea en un folleto de ventas. Requiere ingeniería, método y responsabilidad.
En lugar de añadir una etiqueta a otra, nuestra lógica es la contraria: reducir las capas, reforzar el rigor y sacar a la luz lo que es realmente útil para el propietario del proyecto y los usuarios. Una certificación justa significa alinear método, prueba e impacto real. Sin cuentos. Sin exageraciones.
Conclusión
Entre el "greenwashing" y el exceso de promesas, aún queda espacio para planteamientos sobrios, concretos y centrados en el uso. Ocupamos este espacio con las herramientas del Grupo Arkoris, al servicio de un rendimiento medioambiental verificable.